DIRECTRIZ DUGIN

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    El Triunfo De La Masonería Especulativa - Alexander Dugin

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    El 24 de junio de 1717 es la fecha de fundación de la Gran Logia de Inglaterra por parte de los representantes de la masonería inglesa. Y es a partir de esta fecha que se suele empezar a hablar de la masonería moderna.

    Las corporaciones de albañiles (maçon en francés significa “albañil”) eran muy comunes durante la Edad Media. Muchas organizaciones similares existían también al interior de otras profesiones. Todas estas corporaciones cerradas estaban unidas por medio de talleres. Se trataba de corporaciones secretas a las que solo se podía acceder después de pasar por una especie de iniciación.

    Además de los albañiles que trabajaban para la realeza, existían logias secretas de zapateros, artistas, fundidores, enólogos, sopladores de vidrio, vagabundos y mendigos. Todo ellos hacían parte de un fenómeno conocido como “compañerismo”.

    Cada profesión particular tenía sus propios rituales y símbolos, muchos de los cuales se decía que tenían orígenes bíblicos. Sin embargo, estos simbolismos narraban acontecimientos apócrifos poco conocidos. Además, existía una fuerte presencia de simbolismos precristianos dentro de todas las logias.

    Tanto los masones como los compañeros pertenecían al Tercer Estado. Los sacerdotes y la aristocracia tenían sus propias órdenes iniciáticas y alianzas secretas. Además, quienes pertenecían a los gremios medievales también se diferenciaban profundamente de las comunidades campesinas, que se organizaban alrededor de cofradías místicas que contaban con sus propias leyendas, símbolos y rituales.

    El 24 de junio de 1717 se llevó a cabo la reforma de la masonería antigua, que era conocida como masonería operativa, es decir, que estaba relacionada con una profesión particular como la construcción de templos, castillos y palacios. De ahora en adelante la masonería sería llamada especulativa, es decir, simbólica.

    Eso significaba que cualquiera podía unirse a ella sin importar su profesión; los rituales de ahora en adelante eran considerados como alegorías y los secretos de la profesión simples metáforas místicas. Pero la masonería, a pesar de semejantes reformas, conservó uno de los elementos esenciales de su origen: el ser una organización relacionada con el Tercer Estado, Tiers Etat.

    Por lo tanto, la masonería se convirtió en la vanguardia de la nueva clase capitalista en ascenso que luchaba por llegar al poder. Dentro de las logias masónicas existían moderados y radicales, como, por ejemplo, los Illuminati de Baviera o las logias masónicas francesas que desataron la gran Revolución Francesa e impusieron el sangriento terror revolucionario.

    Esta forma radical de masonería revolucionaria rechazó por completo a Dios y se convirtió en el principal enemigo ideológico y político del orden tradicional europeo. El Tercer Estado, liderado por la masonería, destruyó a la iglesia y abolió la monarquía, esclavizó a los campesinos como nunca antes y reemplazó la sublime imagen cristiana del cosmos medieval por la ciencia materialista de los enciclopedistas.

    La Europa tradicional luchó heroicamente en la Vendée, donde el sacerdocio, la aristocracia fiel al rey y el campesinado se unieron con tal de combatir al sanguinario terror revolucionario y masónico que daría nacimiento a la civilización liberal, materialista y capitalista que terminó por imponerse. Finalmente, la masonería ganó.

    El Occidente de hoy se ha vuelto totalmente servil al camino impuesto por la masonería. La masonería especulativa cumplió casi todos sus objetivos durante el siglo XX. Las logias masónicas (infestadas de rituales, moralismos y simbolismo anticuados) se han vuelto obsoletas.

    La ideología masónica que defendía el progreso, la evolución, los derechos humanos, la ciencia materialista, el Estado secular y la sociedad civil prácticamente domina hoy a toda la humanidad.

    Las ideas masónicas, que alguna vez fueron enseñadas en secreto, ahora hacen parte de los currículos escolares y son promocionadas abiertamente por los políticos en campos tan distintos como la ciencia y la cultura.

    No resulta gratuito que todos los presidentes de Estados Unidos, comenzando por George Washington, fueran miembros de la masonería anglosajona y ocuparan puestos importantes en su interior.

    Aquellos que hoy se llaman así mismos masones (y existen algunos de ellos) no son más que actores o payasos. Casi toda la humanidad es hoy en día una logia masónica. Solo queda un objetivo por cumplir: la masonería tiene como fin la creación de una dictadura mediante la instauración de un Gobierno Mundial. Pero siguen existiendo ciertos obstáculos en su camino.

    Creo que todos ustedes entienden a cuáles obstáculos me refiero…

     

    Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

    El triunfo de la masonería especulativa | Rebelión Contra el Mundo Moderno